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YILBER DÍAZ NUEVO INTEGRANTE DE LA TRIBU EN MLB

Prensa LVBP

Asegurar que Yilber Díaz pasó por una Odisea hasta llegar a las Grandes Ligas, no es una metáfora usada a la ligera. El lanzador derecho finalmente ancló en Ítaca, el anhelado punto de llegada, la meta final, el destino que tiempo atrás lucía escurridizo.

El derecho fraguó su ascenso con una sólida campaña en Ligas Menores, justo después de tirar seis innings sin hits ni carreras, con el Reno (Triple A) frente a Sacramento, en el que aisló dos boletos y estableció una marca personal con 13 ponches, que elevaron su total en la temporada a 105, más que ningún otro tirador en el sistema de granjas de los D-backs de Arizona.

Díaz se convirtió en el abridor número 11 que usa Arizona en lo que va de campaña, debido a las múltiples lesiones que han afectado su rotación. El lunes por la noche, cubrió el turno del veterano Jordan Montgomery, quien se lastimó la rodilla derecha hace una semana.

“Me siento feliz, muy feliz. Mi mamá y mi papá estaban cerca, cuando les di la noticia (vía telefónica). Fue impresionante. Siempre dije: ‘Tengo que superarme. Ser alguien en la vida’. Por eso trabajaba todos los días y le pedía a Dios para que se me cumpliera uno de mis sueños…”, dijo Díaz en un emotivo video, mientras llegaba al estadio, que apareció en las redes sociales de los desérticos. “Tengo que aprovechar el momento. Quiero disfrutar mi momento hoy en el Chase Field… Impresionante que sea con el equipo que me dio la oportunidad”.

Díaz, de 23 años de edad, no desperdició la ocasión, como nunca lo ha hecho, pese a su poca experiencia. Transitó seis dominantes entradas contra los Bravos de Atlanta y el único daño que encajó fue un cuadrangular del tercera base Austin Riley, un estacazo solitario en el primer inning que viajó 430 pies por el jardín central.

Los otros tres imparables que recibió fueron sencillos y otorgó un boleto, mientras que abanicó a cinco, gracias a una recta que tocó las 98 millas por hora y que comandó con efectivos pitcheos rompientes.

Díaz entregó el partido al bullpen de Arizona en el séptimo, con ventaja de 3-1, pero en el noveno, el irreconocible cerrador Paul Sewald volvió a fallar (tercer blown save), permitió dos anotaciones y el encuentro eventualmente lo ganó Atlanta 5-4 en 11 capítulos.

El venezolano necesitó 83 envíos para cubrir su actuación, 53 de ellos en strike.

“Tuvimos a algunas de nuestras personas clave observándolo, concentrándose en él, desde la oficina, y quedaron realmente impresionados con lo que vieron”, había dicho el mánager Torey Lovullo, sobre el novato que, tras no conseguir ser firmado en su adolescencia, decidió renunciar a una carrera profesional.

“Dejé de jugar beisbol por un tiempo”, admitió Díaz, a través del traductor Rolando Valles, de acuerdo con el reporte de MLB.com. “Luego lo retomé y una vez que lo logré, tenía una meta y no iba a parar hasta lograrla. Trabajé muy duro para conseguirlo y siempre tuve la esperanza de que sucedería”.

Los D-backs finalmente lo firmaron el 5 de febrero de 2021 y comenzó su veloz ascenso a través de su sistema. Debutó como relevista en el circuito veraniego de República Dominicana para novatos de primer y segundo año (19 de sus 20 juegos fueron como taponero). En 2022, comenzó en Clase A- (11 partidos, nueve inicios) y luego recibió una promoción a Clase A+ (ocho aperturas). En 2023, abrió en Clase A+ (22 aperturas) y termino Doble A (tres inicios).

Previo a su llegada a las Mayores, se combinaba para una efectividad de 4.03 en 76 innings, entre Doble A (Amarillo) y Triple A. En tanto que se había ganado el premio de Lanzador de la Semana (1°-7 de julio) en la Liga de la Costa del Pacífico.

En principio, Díaz iba a ser bajado de vuelta al Reno, después de su estreno. Pero una vez más mostró lo suficiente para volver al montículo cuando le vuelva a llegar el turno en la rotación, según Lovullo.

“Yilber, en su primera aparición en las Grandes Ligas, se tomó todo con calma y tuvo una gran preparación previa al juego. Todo le pareció normal”, destacó Lovullo después del desafío. “Y luego salió y ejecutó a un nivel muy alto y lanzó seis entradas de calidad contra un muy buen equipo ofensivo”.

En algún momento, los evaluadores de la organización lo vieron como un futuro relevista, pero los directivos del equipo creen que su control ha mejorado hasta el punto de ganarse la posibilidad de abrir.

Aunque nada es casualidad. Díaz lo consiguió a pulso, remando contracorriente.

“Sigan trabajando muchachos, no le bajen. Es muy importante trabajar y arrodillársele a Dios cada vez, para estar aquí donde yo estoy”, pregonó.

A mediados de 2019, Díaz fue reclutado por Caribes de Anzoátegui en un showcase realizado en el Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz.

“Nos sorprendió su talento y no perdimos la oportunidad de sumarlo al equipo”, contó Tony Mérola, miembro del alto mando indígena.

Ese día también fue chequeado por Ronald Salazar, buscatalentos de los D-Backs de Arizona en el oriente del país.

Más tarde, a principios de enero de 2020, Gregory Blanco, Coordinador de Scouts en Venezuela, y Francisco Cartaya, Crosschecker Internacional, pactaron con el joven prospecto.

“Llegamos a un acuerdo para la firma ($10.000 de bono), pero no estaba cerrado. Entonces lo enviamos a nuestra academia en República Dominicana (un complejo en Boca Chica) y llegó la pandemia (de COVID-19)”, recordó Blanco.

En marzo de 2020, los aeropuertos cerraron, tras las restricciones globales por la emergencia sanitaria. Reinó el caos y Díaz fue uno de los 14 jugadores venezolanos que no pudieron regresar a su país; 12 de ellos ya estaban firmados, pero Yilber y uno más permanecían haciendo pruebas.

Estuvo ocho meses entrenándose, concentrado, subiendo de peso, comiendo bien y con el objetivo de conseguir su firma.

“También hacía todo lo posible para ayudar en las instalaciones, fregaba platos, limpiaba. Nada lo iba a apartar de su sueño y todo sumaba”, abundó Blanco.

Finalmente, en octubre de 2020, Venezuela abrió sus fronteras y regresó a casa. El 5 de febrero de 2021, estampó su rúbrica con 20 años, una edad en la que los peloteros son etiquetados de “viejos” en América Latina, pues generalmente comienzan a ser vistos a los 14 o 15 años y son reclutados a los 16, máximo, con suerte, a los 18.

Pero allí no comenzó la historia de Díaz. Su largo viaje de transformación se inició mucho antes, cuando no pudo convencer a nadie a los 16 años, tras lastimarse. Entonces dejó el beisbol y al cumplir la mayoría de edad migró con su novia a Perú, lo hizo como tantos otros venezolanos en una travesía en bus.

Vendió caramelos y helados, limpiaba parabrisas en los semáforos.

“No le fue bien. Su novia le abandonó, tuvo que vivir un tiempo en las calles. Tocó fondo. Un día, mientras estaba parado en un semáforo, alguien le compró un helado. Otro venezolano. Le preguntó por sus manos, ‘¿por qué eran grandes?’. Yilber dudó, pero le dijo que había sido lanzador. El hombre le propuso grabarle un video y enviarlo a agentes especializados. Tenía que hacer 10 pitcheos frente a una cámara. Sólo eso”, avanzó en su relató Blanco, hermano del ex grandeliga Grégor Blanco.

El extraño era un representante del Team Carrillo, un programa de desarrollo de beisbol, en Chorillo, Lima.

Aquel material audiovisual llegó a Félix Pérez, quien dirige una academia en Puerto La Cruz y se convirtió en su agente. Le envió $80 para que tomara el autobús de vuelta a Venezuela.

“Ya por ese entonces tiraba la recta en 84-88 millas por hora. Me gustó su capacidad atlética, la velocidad del brazo, su fuerza. Era explosivo. Me recordó al Kid Rodríguez”, rememoró Blanco.

Cuando viajó a Quisqueya, la recta (de cuatro costuras) ya estaba en 92-94 mph. “Ahora promedia 97-100 mph, tiene una curva de ‘12 a 6’, ‘11 a 5’, mientras que ha estado desarrollado un cambio. En principio era relevista, pero desde el año pasado está abriendo juegos de manera regular. No fue ascendido por casualidad, es un auténtico prospecto”.

Díaz aparece como la decimosexta mejor promesa de los D-backs, de acuerdo con MLB Pipeline, y Baseball America lo ubica en el puesto 15.

Es de origen muy humilde. Nació en Guatire, en el Barrio Quemaíto. Jamás vi a alguien con tanta voluntad y ética de trabajo. Me dijo que la organización no se arrepentiría, que iba a llegar”, destacó Blanco. “Hoy lo hizo y todos vamos a ver el partido por televisión (a través de la cadena ESPN). Este muchacho es un ejemplo a seguir. Nadie se puede dar por vencido y menos si tienes 20 años”.

La frase “Yilber está trayendo más calor al desierto”, acompañó un video de Díaz ponchando rivales en Ligas Menores, que fue colgado en la cuenta oficial de Arizona en X.

También aparece Díaz con una amplia sonrisa en el rostro sentado frente a su locker en el clubhouse de los Cascabeles, mostrando sus brackets, que acentúan su aspecto juvenil.

Alguna vez Thomas Alva Edison dijo: “Nuestra mayor debilidad reside en rendirnos. La forma más segura de tener éxito es intentarlo una vez más”.

Díaz guarda ese principio en su ADN de Odiseo.